miércoles, 13 de abril de 2011

Caída por concentración



















Estaba jugando a un juego de mesa con sus amigos cuando le pedí que me devolviera la silla. Era mi compañero, que me la había pedido prestada para sentarse. Se levantó y quité la silla, pero de lo concentrado que estaba se olvidó de nuestra conversación y volvió a sentarse. Fue sin querer, pero daño se hizo. Todos empezaron a reír a carcajadas, me dio pena pero no es mi culpa de que estuviera tan concentrado en el juego y además no se hizo tanto daño.

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