miércoles, 2 de febrero de 2011

El trágico final de Pedro

Aquella mañana no os vais a creer lo que le pasó a Pedro. Estábamos en el supermercado Mas y Mas, el etiquetador de turno, Flipi estaba poniendo las etiquetas en los Crispis, parecía cansado. Supongo que había podido dormir de tanto pensar en Laura, su vecina.

Pedro,el viejo gruñón le tocaba hacer la compra, mirando un vino detenidamente y con mala suerte Laura pasó por allí y Flipi le puso una pegatina a Pedro porque se quedó embobado viendo pasar a su vecina una muchacha que venía escotada y despampanante.

Pedro estaba en la cámara refrigeradora observando un producto concentradamente, cuando una señora cursi, hortera y llamativa, de unos cuarenta y ocho años se dio cuenta de la etiqueta que llevaba el señor Pedro en la espalda, se caló las gafas de presbicia para ver mejor y pensó: Qué barato es este hombre. Se lo llevó a la caja como si fuera un producto más del mercado.

La cajera, que estaba muy aburrida y perezosa, lo pasó por el lector de códigos de barras. El pobre hombre se fijó en que la señora lo miraba con cara de satisfacción y relamiéndose, se puso como un loco a chillar y a morderle el brazo para que ella lo soltara y así poder poner pies en polvorosa, pero no pudo. La señora, muy contenta, se lo llevó y desde entonces no sabemos nada del señor Pedro. Unos dicen que ella era una asesina en serie, otros que se comía a los viejos y los demás que era una ninfómana loca y pervertida. Pero nadie sabe lo que pasó de verdad.


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